¿Estás vestido para ser arquitecto?
Si bien el ser elegidos para un trabajo o llevar a cabo un
proyecto debería depender únicamente de nuestra creatividad y capacidades
proyectuales y/o experiencia profesional, sabemos perfectamente que estos factores
no son los únicos, o al menos no serán los primeros a tomarse en cuenta.
Un arquitecto no solo vende su diseño o experiencia, vende
también su imagen profesional y esto es lo primero que el cliente o empleador
evalúa y asocia con nuestro trabajo.
Una buena imagen personal es nuestra carta de presentación, pues
ésta refleja el cuidado que ponemos en nuestra persona y por consiguiente habla
del cuidado y compromiso que pondremos
al trabajo que realizamos.
Por tal motivo es muy importante cuidar al máximo la
vestimenta y arreglo personal; incluso en relación con el cliente o empresa en
la que vamos a presentarnos, ya que no es lo mismo aplicar para un trabajo de
supervisión de obra que para uno de proyectista, o entrevistarnos con un
cliente de mediana edad que de edad avanzada.
Y no se trata de disfrazarnos, sino como dicen: “vestirnos
para la ocasión” pues este factor no da pie a una segunda oportunidad y podemos
perder una magnífica oportunidad de trabajo debido a nuestra vestimenta e
imagen personal.
Así que el mismo interés que pones a tu preparación
profesional deberás ponerlo a tu imagen personal y preguntarte si… ¿Estás vestido para ser arquitecto?
Una arquitecta no se pondría un pantalón blanco... Se mancharia
ResponderBorrarYo soy arquitecto del Barrio , quizas deba aprender a jugar golf para cerrar negocios
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