Fotografía de arquitectura
Cuando
hablamos de fotografía de arquitectura, es muy probable que nos vengan a
la mente las típicas fotos de casas, rascacielos o cualquier otra edificación
que muchos hacemos cuando estamos visitando recorriendo las calles de alguna
ciudad.
El
material y la técnica
La fotografía
de arquitectura es una fotografía fundamentalmente técnica y sencilla en cuanto
a concepto, por lo que el material necesario no es excesivamente complejo.
Tampoco vamos a necesitar material de iluminación artificial ni material de
estudio, ya que la realizaremos evidentemente in situ, y normalmente con luz
natural.
El trípode
será necesario para estudiar bien el encuadre, sobre todo en interiores, que
usaremos exposiciones más largas. Importante también una buena rótula, que nos
permita movimientos precisos y fijar la cámara en la posición exacta que
queramos. Si añadimos un nivel de burbuja en la zapata del cuerpo de la
cámara, que mejor.
Una de las
claves de la fotografía de arquitectura es no distorsionar la perspectiva.
Es fundamental utilizar buenos objetivos y, por supuesto, mantener la cámara en
horizontal si no queremos que las líneas converjan. En cuanto inclinemos un
poco la cámara, las líneas no serán paralelas y, por tanto, se distorsionará la
realidad.
Habla con
el arquitecto
A un
arquitecto le gusta enseñar su trabajo, y le gusta explicarlo de la mejor
manera posible. Ver terminada una obra de arquitectura es como una
especie de largo parto creativo, por lo que plasmar bien el edificio
fotográficamente es muy importante para ellos.
Además,
una obra de arquitectura no es un proceso fácil y requiere tomar decisiones que
a veces no se llegan a comprender si no se forma parte de ese proceso. Por tanto,
nada mejor que reunirte con el arquitecto, siempre que sea posible, para
conocer su punto de vista, el por qué del aspecto formal del edificio y,
sobre todo, entender el funcionamiento y la importancia de cada uno de los
espacios.
La
importancia de la luz
En este
aspecto, la fotografía y la arquitectura tienen mucho en común. Sin luz, no hay
fotografía ni hay arquitectura. Cuando hablamos de fotografiar espacios, la
luz es fundamental. La habilidad del fotógrafo en saber aprovecharla y
sacarle el máximo partido en cada espacio es la clave de la fotografía de
arquitectura.
Tanto en
el exterior como en los espacios interiores juega con las luces y las
sombras, estudia los diferentes momentos del día y aprovecha aquel donde se
entienda mejor lo que quieres fotografiar.
Aprovecha
el amanecer y el atardecer para tener sombras suaves, y las horas centrales si
quieres sombras duras y definidas. Y por supuesto, aprovecha la hora azul, es
un momento mágico para las fotos de exteriores.
Entorno y
movimiento
Una obra
de arquitectura rara vez se piensa de forma aislada, como ente independiente,
por lo que el entorno suele ser muy importante tanto en el diseño como
en la forma. Por tanto, aunque es fundamental plasmar bien el edificio en si,
alejarse y verlo en contexto e interactuando con elementos urbanos existentes
es muy interesante.
La
fotografía de arquitectura suele ser también muy estática, en ocasiones incluso
aséptica, por lo que a veces conviene utilizar elementos que provoquen cierto movimiento
en la imagen. Pueden ser desde personas que no tengan relación con el edificio,
a usuarios del mismo, pasando por vehículos o incluso objetos completamente
ajenos al entorno. Al menos, tendremos fotos que generarán algo de dinamismo en
el reportaje.
Detalle,
textura y creatividad
Como vimos
en el primer punto, la fotografía de arquitectura es muy técnica, y cuando nos
encargan fotografiar una obra arquitectónica lo principal es mostrar el
edificio y sus espacios más importantes. Pero eso no significa que no
podamos reservar una parte del reportaje a mostrar detalles interesantes
del edificio y puntos de vista diferentes o dar rienda a nuestro lado más
creativo.
Busca
detalles interesantes y rincones únicos, no siempre hay que mostrarlo todo.
Conseguirás tener un reportaje completo y con un punto de originalidad.
Por último
prueba a buscar texturas, juegos de lineas, encuadres especiales, prueba a usar
el blanco y negro cuando el color no aporte nada, a desaturar las imágenes, a
añadirles filtros creativos, etc...
En
definitiva, echa un rato en tratar de sacar alguna foto más abstracta. Saca tu lado más creativo. Muchas veces, las
reglas están para romperlas y seguro que ese punto diferente será el que te
haga triunfar.
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