Hugh Hefner, un estilo de vida



Hacia la segunda mitad del siglo XX Hugh Hefner dirigía uno de los emporios más poderosos de Estados Unidos enfundado en una pijama de seda y desde la cama redonda de su majestuosa  habitación: el de Playboy.



En este 2017 falleció, y si bien en el siglo XXI la revista y él ya no tenían la fuerza que tuvieron en sus inicios, debemos reconocer en Hugh Hefner a una de las figuras que más allá de la conocida publicación dejó una importante huella en la arquitectura y estilo de vida de miles de caballeros.



De todos es sabido que los  textos de la revista Playboy versaban sobre temas de literatura, política y moda pero también arte, estilo de vida y arquitectura. 

Para 1955 la famosa revista del conejito publicaba un artículo acerca de la obra de Frank Lloyd Wright y para 1958 le tocaba el turno a Mies van der Rohe. Pero ellos no fueron los únicos. 

Diseñadores como Charles Eames y Eero Saarinen también fueron incluidos en sus páginas, del mismo modo que artículos como el publicado en 1961 titulado “Design for living”.

Mansión Playboy

De esta forma a través de Playboy, Hugh Hefner introducía en el imaginario colectivo la arquitectura y el diseño para brindar una nueva identidad al hombre. 

Ese hombre de la segunda mitad del siglo XX que transformó tanto los roles femenino y masculino como el espacio doméstico, todo a favor de él; y que reorganizó los códigos de género a través de una batalla semiótica y estética que se libró por medio de la información, la arquitectura y los objetos de consumo.




Las páginas de la revista valiéndose de artículos, planos, perspectivas y fotografías le enseñaban al hombre como tenía que vivir, como debía ser su “refugio masculino” o espacio “post doméstico”, como lo nombró la filósofa Beatriz Preciado. Playboy era entonces el andamiaje mediante el cual Hefner difundía a nivel masivo tanto la arquitectura como el diseño moderno como bienes centrales de consumo de la nueva cultura popular americana.


Bajo este contexto puede entenderse el motivo por el cual autoras como B. Preciado y B. Colomina apuntan que Playboy hizo más por la arquitectura moderna que muchas de las revistas especializadas de la época. Y quizá las reminiscencias de este estilo de vida son las que vemos aún en nuestros días desfilando en las fotografías de “departamentos de solteros”.








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