Huella de carbono, arquitectura y concreto sustentable
La Huella de Carbono es un indicador con el que se
mide el impacto sobre el calentamiento global. Está conformado por la suma
absoluta de Gases de Efecto Invernadero GEI (dióxido de carbono, metano, óxido
nitroso, ozono y vapor de agua) causados directa o indirectamente por un
individuo, una organización, un evento o un producto.
Bajo este contexto según el balance total de
emisiones mundiales la industria del ocio genera el 19% del la Huella de Carbono
debido a su empleo de energía eléctrica. Pero en el quinto lugar se encuentra
la industria del concreto que emite un 5% del balance mundial.
El concreto es el material de construcción más
empleado; pero producir una tonelada de este hace que se emita una tonelada de
dióxido de carbono, causante junto con los demás gases de efecto invernadero
del incremento de la temperatura, la erosión y salinización de las áreas
costeras y el aumento en la frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos.
Afortunadamente existen empresas que se han dado a la
tarea de trabajar en tecnologías que reduzcan la emisión del dióxido de
carbono. Una de ellas es la canadiense CarbonCure cuya innovación consiste en
inyectar residuos procesados de dióxido de carbono (obtenido de las emisiones de la industria
local) al concreto mientras está siendo
manufacturado.
En este proceso el dióxido de carbono reacciona con
los demás componentes y se convierte en un mineral, de tal manera que forma
parte integral del concreto evitando que se emita de nuevo a la atmósfera.
En 2015 CarbonCure colaboró con Atlas Blocks,
empresa fabricante de productos de concreto, y con B+H Arquitectos y realizaron
en colaboración las instalaciones deportivas para los juegos Panamericanos de
Toronto.
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