Cómo es vivir con un árbol en casa



Cómo hacerle un lugarcito al árbol, en vez de podarlo. El desafío se presenta en distintas situaciones, desde viviendas familiares, restaurantes y locales a museos y hoteles. Convivir con un tronco en la cocina o el living es una experiencia particular, contemplada por los proyectos de arquitectura que declinaron la tala como opción.


Casa Frank. Mar Azul. Argentina:



Los arquitectos Luciano Kruk y María Victoria Besonías construyeron en el medio del bosque una casa de 87 m2. Se trata de una propuesta compacta, resuelta en dos plantas con el fin de ocupar la menor superficie de suelo y salvar la mayor cantidad de árboles del terreno. La planta cuadrada se recuesta en la pendiente y se genera un espacio exterior semi cubierto de doble altura atravesado por dos pinos imponentes, los protagonistas indiscutidos del proyecto.


Museo de la Educación por el Arte. Israel.



Apelando a la memoria emotiva de las tradicionales casas infantiles sobre árboles, los arquitectos Ifat Finkelman y Deborah Warschawski construyeron una estructura de madera con listones alrededor de un viejo pino para actualizar un espacio en el patio del Museo de Jerusalén. Por su ubicación, funciona como punto de encuentro para todos los visitantes. A través de una rampa de accesos, los chicos pueden esconderse en la estructura techada y rodear el perímetro del museo. También pueden entrar y salir de la estructura a través de un poste de metal con clavijas.


Hotel del Arbol. Suecia.



El estudio noruego Snøhetta proyectó una cabaña en la copa de un pino, a 10 metros sobre el nivel del bosque. Desde el estar suspendido entre los troncos se puede disfrutar de las espectaculares vistas a Laponia y el río Lule. La piel de madera carbonizada reviste el hotel de diseño, que cuenta con seis suites. Para facilitar el acceso, se construyeron rampas y hasta escaleras mecánicas.


Casa tubular. Kazakistán.



La vista 360° es la clave de esta casa invertida de vidrio construida por el arquitecto Aibek Almassov, de Kazakistán. Su estructura cuenta con paneles solares y potencia la relación con el entorno. "Salir de las cajas de hormigón y encontrarse con la naturaleza es el objetivo", dice Almassov.


Casa Vogue. Rio de Janeiro.



Diseñada por el arquitecto Alessandro Sartore para integrarse en el paisaje, la casa de este coleccionista de arte debía contar con un espacio para exhibir sus obras. Con la impronta de una galería, pero con la calidez de un hogar, el árbol central fue conservado. Se trata de un mango llamado Bethany y pasa a través de un hueco realizado en la losa del piso, con un diámetro de tres metros. El árbol fue clave a la hora del diseño, y se tuvo en cuenta la luz y la ventilación para su conservación.

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